


La frontera tera...
Cómo me siento
los niños y niñas que habitan la frontera. Los invita a jugar y desde allí los interroga por la forma en que comprenden y viven la frontera. La frontera, además de ser una línea por lo general imaginaria, también puede ser un color, un sabor, un sonido o un nombre. A pesar del conflicto, hay ciertas formas como los niños interpretan sus problemas; si sabes qué es, ¡no lo cuentes!, imagínalo como quisieras que fuera y deja que ellos nos lo digan.
Los niños dicen: —“En la frontera hay guardias, hay un río y hay un puente, y hay algo más que al pasar les impide ir a sus escuelas, visitar a un familiar o, de repente, te quedas hasta el otro día sin poder pasar al otro lado. Así es como ellos nos cuentan la forma como se sienten en la frontera colombovenezolana.
Cómo veo la frontera
Si vienes a Norte de Santander, ves a unos niños jugar y, de pronto, les oyes decir “atrapado” o “soldadito libertador”, muy probablemente puede ser la lleva; o si dicen “tingo, tingo”, ¡no te asombres!; es el mismo escondite que jugabas cuando eras niño.
En la voz de los niños de la frontera colombovenezolana conocerás cuáles son los juegos de la frontera y cuáles son sus reglas. Además, conocerás que en esta parte del territorio fronterizo, los juegos pueden cambiar en su lenguaje y sus reglas, pero son muy similares a los demás.